domingo, 23 de mayo de 2010

El turismo friki en Japón, medida anti crisis.



Ahora es cuando hay que irnos a japon de vacaciones almesto eso decia el primer ministro Japones pero los japoneses dijeron NO.

Por que bueno para esto hoy nos toca ponernos a hablar de política. Lo que en tiempos tan revueltos como los presentes, invita a presenciar sonoras carcajadas, expresiones de incredulidad y los facepalms constantes. Nuestro invitado de hoy es el ya sobradamente conocido Primer Ministro japonés Taro Aso, más conocido entre la chiquillería 4chaniana como el ZupePrezidente Friki o Rozen Aso por su nada oculta afición al manga Rozen Maiden, del estudio Peach Pit. ¿Y qué buenas nuevas nos trae Rozen Aso desde su poltrona presidencial? Pues ni más ni menos que su plan ultrasecreto para sacar a Japón de la crisis económica mundial que todos sufrimos: fomentar el turismo otaku en Japón para que aporte jugosos dividendos monetarios al país.

Ahora entraremos más en detalle sobre eso, porque la salvajada es de aúpa. Antes me gustaría explicaros que en estos tiempos Japón se encuentra en una posición económica bastante delicada, y la crisis le está haciendo mucho, mucho daño. Siendo como es un país fuertemente proteccionista y que a la vez vive de la exportación, tal y como están las cosas su economía se ve muy alterada por estos tres factores:

La fortaleza del yen, con un precio bastante alto con respecto al habitual frente al dólar y al euro. Esto significa que con los mismos presupuestos se pueden importar desde Japón menos cosas, con lo que se tiene que reducir la producción de origen y por ello subir los precios. Esto posibilita situaciones tan aberrantes como que desde agosto del 2006 la Wii no haya bajado su precio ni un céntimo en Europa y en países como Reino Unido se haya incrementado incluso el precio de la consola con respecto al de salida.

La desconfianza de los inversores, que miran hacia otros productores de menor calidad pero más baratos, sin ir más lejos China o Corea del Sur.

Los problemas de las entidades bancarias a la hora de autorizar inversiones o transferencias desde Asia, que miran con mil ojos cualquier transacción que no sea de su continente. Multitud de tiendas online como Amazon, HobbyLink, J-List o Yahoo Auctions han comenzado a señalar este problema como la principal causa de el descenso en el pequeño comercio, ya que las tiendas tienen productos y los compradores tienen dinero, pero se dificulta la libre circulación del mismo.
Como veis la cosa está jodida. Aquí es donde aparece nuestro querido Aso, cómico sin parangón en el universo, que ha anunciado su plan de refuerzo de la cultura visual japonesa para fomentar el turismo exterior. Según sus cálculos, se podría aumentar el número de otakus extranjeros que visitasen Japón de los 8 millones anuales actuales a 20, logrando beneficios multimillonarios y creando de paso más de 500.000 puestos de trabajo. Obviamente, cuando dicho plan se ha hecho público la carcajada del pueblo nipón se ha oído desde aquí. Así que todos aquellos que ya estéis soñando con iros de fin de semana a Tokio por cuatro duros como el que visita Sabadell, me temo que tendré que desengañaros. Os voy a citar unas cuantas cosas que el señor Aso tendría que solucionar a toda leche para empezar a dar forma su plan:

Limpiar la imagen del otaku en el mismo Japón, donde invariablemente el término va unido a persona egoísta, sin ningún provecho profesional, socialmente inadaptado y viviendo a costa de su familia. Un NEET en toda regla con el que se tiene barra libre para todo tipo de desprecios e insultos. Tampoco es que defienda a los vagos o hikikomoris, pero entre tener parásitos sociales que consumen recursos, o invertir recursos para hacer algo provechoso de dichos parásitos, la decisión es muy obvia.

· Arreglar el panorama de la industria del anime en Japón, con los principales estudios declarándose en quiebra (Gonzo) o empleando masivamente mano de obra barata coreana que quita puestos de trabajo en el propio Japón (Studio I.G, MadHouse). Arreglar los estúpidos problemas de censura en las cadenas de TV en lo referente a violencia y sexo para animes que se emiten a las 2 de la mañana ayudaría bastante. Y bueno, empezar a defender un poco los derechos de los autores cuando se publican sus obras fuera de Japón sería ya la repanocha. Es bastante difícil que un autor como Oh Great pueda captar muchos fans en Estados Unidos cuando de un manga de 210 páginas le censuran o retocan 198; y cuando digo Oh Great puedo sustituirlo por Ken Akamatsu o unos cuantos más.

· Iniciar programas de concienciación del pueblo japonés de que no todos los extranjeros son ogros gaijines vociferantes, sucios, norteamericanos y violadores en potencia. Tampoco es que todo occidente sea Bello y Misericordioso, pero el 99% de los japoneses se sienten francamente atemorizados por cualquier occidental que se les acerque a menos de 15 metros y no hable un japonés perfecto.

· Iniciar programas de concienciación para los otakus extranjeros que se piensan que en Japón todo el mundo vive en villas ninja, cubren sus frentes con estúpidas bandanas azules, se regalan consolas en cada esquina, cuando llueve caen bastoncitos de azúcar del cielo, las niñas de 13 años tienen la obligación moral de ir enseñando las bragas y las mujeres van cosplayeadas de maid al trabajo. Los estereotipos son siempre malos, tanto en una dirección como en la otra.
Y esto, sólo para comenzar. Como vemos, si Taro Aso pretende ir en esa dirección, lo lleva bastante crudo ya que el pueblo japonés no es precisamente abierto a cambiar rápidamente de opiniones y modos de conducta. Vamos, que tendría que montarse él solito una Restauración Meiiji 2: Todo Por La Pasta. Mientras nosotros nos secamos las lágrimas de risa y esperamos impacientemente noticias

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